viernes, 9 de marzo de 2012

Con y sin apetito

Desayuno un huevo con una fina capa de queso encima, pan con
queso crema y mermelada y de tomar mi adorado chocolate!
Desde hace algunos días ha mejorado mi apetito físico, vuelven las ganas del mecato en las tardes, la idea de visitar la panadería, el antojo de un dulce. Mi desayuno recupera su huevo y pan. Aunque mi apetito regresa, interiormente hay una sensación de quietud, de inapetencia. Me cuesta sentarme a leer, concentrarme, pintar, crear, escribir. Me cuesta un mundo hacer que estas letras se junten y tengan alguna especie de sentido. 

Siento por estos días que la mente se fuga temporadas enteras al país de la nada. Esa nada que sucede cuando todo afuera va deprisa. Como si estuviera pasmada mirando como pasan las cosas por mi ventana. Quedo muda, quieta, pérdida en el espacio-tiempo. A veces cruzan como pájaros algunas ideas bonitas, las contemplo con sus plumajes vistos, sus cantos llenos de armonía, su vuelo ágil, su gracia y cuerpo definido, pero pasan, veloces, fugaces. Las miro perderse en un cielo infinito. Me digo: allá va esa idea de hacer un cuadro, allá va esa idea de hacer una serie de fotografías, allá va esa idea de ese texto... 

¡Cuánto coraje, cuánta fuerza de voluntad se necesita para hacer!.

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