Desayuno en Santa Marta en casa de Lucía. Nos invita a huevos, arepa, frutas y café.
Por qué amo el Mar. Es como saber por qué te gusta un color o un sabor. No lo sé, tan solo lo sientes. Cuando saboreas algo que te gusta sientes el placer en el cuerpo, en la mente, en el alma. Así soy yo con Mar. Lo veo y el corazón me danza; lo siento y la piela se me eriza. Me etrego y soy un ser humano feliz. No hay tiempo, no hay espacio, no hay imposibles, no hay nada más allá.
Siento mi pulso y su latido y todo es felicidad. El corazón se expande en el pecho y los oídos solo escuchan para adentro. Pulso, respiración y puro color!
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