lunes, 2 de enero de 2012

Enero 2 de 2012



Desayuno en Santa Marta en casa de Lucía. Nos invita a huevos, arepa, frutas y café.

Por qué amo el Mar. Es como saber por qué te gusta un color o un sabor. No lo sé, tan solo lo sientes. Cuando saboreas algo que te gusta sientes el placer en el cuerpo, en la mente, en el alma. Así soy yo con Mar. Lo veo y el corazón me danza; lo siento y la piela se me eriza. Me etrego y soy un ser humano feliz. No hay tiempo, no hay espacio, no hay imposibles, no hay nada más allá.

Siento mi pulso y su latido y todo es felicidad. El corazón se expande en el pecho y los oídos solo escuchan para adentro. Pulso, respiración y puro color!

Sabes que estas contigo, en tu centro cuando no hay lugar a dudas. Cuando estoy en el Mar siento eso mismo. No hay más pensamientos. Luego salgo y pueden pasar las dudas, las pregutas, culpas, juicios y demás. Entonces me sumerjo de nuevo y todo se silelncia. Solo pulso. el mío y el suyo. Su latido es como una medicina, un sedante, el mejor de todos, no te aturde, solo hace que las cosas tomen la proporción que les corresponde. Quisiera no tener que irme de nuevo. Hay mucho por hacer.

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