miércoles, 29 de febrero de 2012

Sin chocolate

Desayuno café con leche, pan con queso crema y mermelada
y un poco de queso.
No tengo panela, se me ha olvidado ir a comprarla. Desde hace algunos días desayuno cualquier líquido: agua, agua, agua. Extraño el chocolate.

Yo era una típica consumidora del café en las mañanas, preparaba mi café con leche y podía acompañarlo con cualquier cosa, lo importante es que tuviera el café. Pero hace un par de años mi bioenergético me hizo la recomendación de eliminar la leche de mi dieta para aumentar mi energía, pues estaba sufriendo de un extraño agotamiento. Me pareció un crimen, sobre todo por tener que dejar mi sagrado café con leche. Lo que al principio fue una ofensa, luego fue un simple cambio. Dejé el café con leche y me volví una amante del chocolate en agua de panela, mi energía aumentó considerablemente. 

Hoy me volví a tomar un café con leche al desayuno, la verdad es que ahora extraño mi chocolate. Soy una persona de gustos sencillos, son cosas simples las que me hacen feliz. Una bola de helado de vainilla o chocolate, un día soleado, un buen abrazo, que me acaricien la espalda o la cabeza, y dentro de esos gustos está el chocolate. Hay cosas elaboradas y complejas que resultan deliciosas o hermosas, lo reconozco, incluso a veces las disfruto. Pero en general me satisfacen cosas sencillas, incluso podría decir que básicas. Me gusta por ejemplo escribir con lápiz, un común y silvestre lápiz N°2. No porque sea convencional o sencillo quiere decir que no puede hacerte feliz, todo depende del significado que le des. Y de la misma manera que pasa con los gustos simples sucede con las grandes decisiones, es cuestión de significado. Qué significado tiene para ti lo que haces, comes, ves, lees. Funciona igual, y cuando pierdes el significado sólo queda una salida: resignificar.  

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